Lo que le pasó a mi mejor amigo en su nueva casa por no pedir consejo antes

Esto que te voy a contar quizás te sirva para evaluar acerca de cómo te sientes en tu casa y mejorarlo.

Te pongo en contexto.

Manu, mi mejor amigo de Madrid, por fin se independizó a los 38 años y se fue de casa de sus padres.

Había trabajado como comercial durante casi 10 años y ahorrado para comprar su casita ideal.

Además, escogió un pisito monísimo que le encantaba para vivir con su pareja de hacía unos años.

Él siempre ha sido my reservado y al parecer no quería «molestarme» con lo que llevaba meses pasando.

Pero pasados esos meses, Manu me llamó por teléfono y me dijo que no estaba feliz ahí y que necesitaba ayuda.

Que había elegido esa casita tras un flechazo pero que desde que estaba ahí, parecía que su vida se había parado.

Se sentía decaído y sin ánimo, a pesar de que lo había puesto a su gusto y había entrado a vivir ahí con mucha ilusión.

Desde entonces, le habían echado del trabajo y lo había dejado con su novia, porque no paraban de discutir… aunque casi fue un alivio para él.

Pero tampoco dormía lo bien que dormía en casa de sus padres. Se despertaba mucho, y terminaba durmiendo en el sofá.

Todo esto fue mucho antes del confinamiento. Pero te lo cuento ahora porque me ha dado su permiso.

Esas Navidades las pasé en Madrid y fui a ver su casa.

Le hice una serie de preguntas acerca de su piso, cómo año de construcción, si había hecho reformas, y algún dato más.

Aparte de cómo se había sentido aunque ya me lo había contado.

Hoy Manu, siguiendo mis consejos, bueno, los del feng shui chino tradicional en el que estoy especializada, parece otro.

Esto es lo que me escribió por whatsaap esa primavera:

«Mira Madddie, no sé ni cómo darte las gracias. Te invitaría a una comida en el Ritz (jajaja) como poco por tu gran ayuda, pero tendré que esperar a que vuelvas por aquí.

Te resumo que no te quiero entretener….

Poco a poco fui haciendo los cambios que sugerías y estoy sin palabras…

No solo he vuelto a recuperar la ilusión con la que entré a vivir el primer día, sino que además todo va muchísimo mejor.

Mejor te lo cuento todo en persona cuando coincidamos. Te vas a alegrar mucho por mí».

Fin de la historia.

No, no le hice un estudio, en ese momento iba a mil, pero le regalé mi curso DE Feng shui para su casa y para su desarrollo personal que, según me dijo, los devoró.

Si te interesa aprender a armonizar tu casa y disfrutar de un hogar en equilibrio y prosperidad, mira aquí.

 

Un abrazo,

Maddie.