El lunes leí la contraportada de un libro que me llamó mucho la atención.
Decía así:
» Dicen que las respuestas y todo lo que podamos conseguir está en las calles.
Vemos cada día gente pasar por nuestro lado sumergida en sus pensamientos.
¿Nunca habéis intentado intuir qué puede estar pensando alguien mientras camina?
Si tiene un buen día o uno malo.
En cualquier calle de nuestra ciudad puede suceder algo que nos cambie la vida.
No hace falta esperarlo ni desearlo.
Simplemente sucede.
Seguramente cada uno de nosotros tiene una calle preferida.
Una calle que le recuerda a alguien o a algo que le ha sucedido.
Esa en la que nos ha pasado algo que no olvidaremos jamás.
¿Cuál es la tuya?»
Sencillamente, me encantó leer esto.
Imagino que soy una romántica.
Y es que si tuviera qué decir cuál es «mi calle», me vendrían varias a la mente. Pero si tuviera que decir cuál es «mi curso de feng shui preferido», lo sé inmediatamente.
Podría dar muchas razones de por qué éste, pero hoy destaco su poder de gratitud (el mejor antidepresivo del mundo).
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Maddie